Vallas invisibles para perros: ¿cómo funcionan?

Aunque muchas personas protegen a sus perros mediantes vallas físicas, lo cierto es que incluso las más resistentes pueden plantearnos ciertos inconvenientes, como que no puedas moverla con facilidad o que el animal salte y se escape. En este sentido, las vallas invisibles de adiestramiento son una fantástica opción. Gracias a ellas, podemos  delimitar el terreno de nuestros perros y quedarnos tranquilos.

Las vallas invisibles o virtuales emplean la tecnología GPS para tener controlada la zona en la que se mueve el animal. Y, aunque hasta no hace mucho se usaban principalmente para el ganado, cada vez son una opción más popular para animales domésticos como perros y gatos, asegurando que están a salvo dentro de nuestra propiedad.

¿Cómo funcionan las vallas invisibles para perros?

Las vallas virtuales cuentan con un localizador GPS que se coloca en el collar del animal, permitiendo saber su situación exacta desde cualquier parte. Después se dibuja una valla virtual en el mapa de una app o de un software. El dispositivo GPS se conecta con la aplicación para averiguar dónde están los límites de la valla y si el perro se ha salido fuera de ellos.

Además, el dispositivo que el perro lleva en el cuello genera un sonido cuando este se aproxima a los límites. En caso de traspasarlos, el collar produce una descarga eléctrica. De esta forma, se le va adiestrando para que se quede siempre dentro del área perimetral.

Ventajas de las vallas invisibles de adiestramiento

Con respecto a las vallas convencionales, las vallas invisibles ofrecen múltiples ventajas:

  • Fácil y rápida: no es necesario contar con conocimientos técnicos para su instalación. Cualquier persona puede hacerlo en sólo unos minutos.
  • Límites flexibles: puedes marcar los límites de la valla en cualquier parte que quieras y cambiarlos cuando necesites.
  • Control a distancia: podemos crear, vigilar y supervisar la valla y tener controlados a nuestros perros incluso si nos encontramos a muchos kilómetros. Desde nuestro ordenador, móvil o tablet.
  • Coste bajo: el precio de la valla virtual es mucho más bajo que el de las vallas convencionales.
  • Portátil: puede transportarse a cualquier parte. Pero además, podemos crear el perímetro que queramos sin que existan limitaciones físicas como en las vallas tradicionales. Puedes adaptarla a prácticamente cualquier forma o tamaño. Incluso podemos rastrear a nuestro perro mediante un localizador GPS.

 Tipos de vallas invisibles

En el mercado actual es posible encontrar distintos tipos de valles invisibles para adiestramiento de perros. Por ejemplo, las vallas inalámbricas que generan una señal de radio mediante un cable enterrado y las vallas virtuales para perros. Estas últimas emplean una señal de radio para delimitar el área. Fijamos un “círculo” en torno a una estación base o a un transmisor central.

Pero además, este tipo de vallas hacen uso del GPS y de otras tecnologías inalámbricas para dibujar la zona de la que no queremos que salga el perro. Por lo general, si el animal se sale de los límites, se producen unas descargas eléctricas leves, pero también hay algunas vallas virtuales que no las producen, funcionando por ejemplo con ultrasonidos, que son molestos para el oído del perro.

La valla invisible d-Fence: una de las mejores opciones del mercado

El sistema d-Fence es, actualmente, una de las mejores vallas virtuales del mercado. Un dispositivo eficaz y ético que permite tener al perro dentro de un área delimitada sin valla física, evitando de esta forma que el animal se escape. Gracias a él, podemos crear un área de 1.600 metros combinando varios rollos de cable extra.

Cuando el perro se aproxima a los límites, el collar Dogtrace produce un sonido de alerta y si se acerca demasiado, se genera un pequeño impulso para disuadirlo y obligarle a dar marcha atrás. El collar posee ocho niveles de impulso para adaptarse a la sensibilidad del animal, siendo válido para cualquier tipo de perro. Pero además, el propio dueño puede controlarlo si lo prefiere.

Lo más recomendable es colocar unas señales alrededor del perímetro, en el lugar donde el collar pita. De esta forma, el perro irá relacionando poco a poco las señales con los límites de la zona. Cuando ya lo tenga claro, podremos retirarlas.

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