Desde tiempos remotos, los ciervos han poblado los montes españoles. De hecho, ya en las Cuevas de Altamira podemos ver pinturas rupestres con escenas de hombres cazando venados. Lo que demuestra que la caza del ciervo es algo que se remonta a hace al menos 30.000 años.
En la actualidad, aunque la caza del ciervo no sea la más seguida de España, si es muy apreciada por los amantes de esta actividad. Contando con unos 800.000 ejemplares repartidos por todo el territorio nacional.
Modalidades para la caza del ciervo
Hay tres las modalidades predilectas para cazar ciervos: rececho, montería y aguardo. Siendo las dos primeras las más populares con diferencia.
- Monterías de ciervo: están relacionadas con el tipo de cacería más purista del animal, ya que consiste en buscarlo dentro de su propio hábitat. De hecho, es precisamente esto lo que añade más emoción a la experiencia. Y es que cuando al cazador no los ve en fincas cerradas, el encuentro resulta más tenso. Hay que recordar que el ciervo es un animal muy noble y al que es necesario buscar debido a su mayor actividad, especialmente en las primeras horas y últimas horas del día.
- Recechos de ciervo: se trata de una modalidad cuya principal ventaja es que permite acercarse más a la pieza. Recomendable para épocas de berrea, ya que los machos están menos vigilantes y podemos aproximarnos más. De esta forma, no se disparará a los ejemplares jóvenes.
- Aguardos de ciervo: consiste en esperar, oculto, a que los ejemplares pasen por delante de nosotros para abatirlos. Esto hace que resulte menos emocionante que las otras dos modalidades y que sea la menos practicada.
Consejos para la caza del ciervo
La llegada del otoño marca el tiempo de la berrea. Es entonces cuando muchos aficionados salen al campo para intentar dar caza a los ciervos. Una de las técnicas más utilizadas para llamar su atención e intentar abatirlos es el uso de un reclamo. De este modo, logramos engañarlos y hacer que crean que un rival quiere arrebatarles su harén, por lo que acudirán a nuestro encuentro. Eso sí, hay que ser cautos, ya que si no lo hacemos bien, se darán cuenta de la realidad y perderemos cualquier oportunidad de apresarlos.
A continuación te traemos una serie de trucos y consejos para intentar cazarlos con esta técnica y conseguir pasar desapercibidos para que no detecten nuestra presencia y salgan huyendo.
- Localiza a los ciervos
Lo primero que debes hacer es intentar encontrarlos en la zona más alta del coto, agudizando el oído para escuchar sus berridos. No hace falta que los veas, simplemente con que los escuches, podrás localizarlos con precisión. Si los sonidos resuenen después de las 9.30 h, puede que ya estén encamados, pero no te preocupes, ya que regresarán a la misma zona al otro día… hasta que haya algo que les moleste y busquen otra zona.
- Ten en cuenta el viento
Las corrientes de aire son nuestros mejores aliados, ya que los ciervos siempre se desplazan contra el viento. Si te es favorable, acércate todo lo que puedas sin que se percaten de tu presencia. No te preocupes si no puedes acercarte demasiado. Recuerda que los venados poseen un gran oído y que son capaces de detectar cualquier ruido incluso a varios kilómetros de distancia. Intenta prever el patrón de los movimientos de la manda en base a la dirección de sus huellas.
- Imita el sonido de los ciervos
Empieza la secuencia con el sonido de una hembra, con una llamada desde el diafragma o mordiendo y soplando. Intenta imitar sonidos sociales, sin notas amenazantes o alarmantes durante unos 30 segundos o un minuto. Alcanza un registro más alto, con toques más nasales y alarga la llamada para simular que la cierva está cada vez más excitada. Intenta combinar sonidos variando y cambiando el tono y el volumen. No olvides que lo que están intentando imitar a un grupo de hembras paseando por la zona y comunicándose entre sí. Es cierto que puede resultar complicado pero este truco resulta bastante efectivo.
Además, este reclamo puede combinarse con el de las crías, que son llamadas más rápidas y más cortas. Esto llamará la atención de las hembras y las atraerá hasta ti. Y si están acompañadas de algún macho, este no dudará en seguirlas.
- Arma ruido
Los pequeños sonidos y ruidos de ramas son señal inequívoca de la excitación propia de la época. Pisotea con fuerza, patea ramas, haz rodar rocas… Debes sonar como un ciervo merodeando por el monte. Sigue llamando a izquierda y derecha, hacia el cielo y a tu espalda. Después de unos 5 o 6 minutos deja que todo regrese a la calma. La intensidad tiene que ir subiendo y bajando.
- Utiliza reclamo para machos
Es hora de cambiar el registro de sonidos guturales a sonidos más graves, como los que hacen los machos que se encuentran cerca de las hembras en celo. Otros venados lo escucharán y acudirán para retarte. Si no se dejan ver en el primer intento, reduce la intensidad de manera progresiva y vuelve a repetirlo cuando hayan pasado un par de minutos.