Todas las personas amantes de la caza saben que la caza es algo más que abatir un animal, que es solamente el resultado final. En la caza, siempre hay estrategia y en algunas modalidades, los señuelos de caza forman parte de esta estrategia.
Los señuelos de caza son dispositivos que permiten atraer a las presas hacia nuestra posición para abatirlas. Se trata de una estrategia fundamentada en el engaño que juega con los sentidos del animal, apelando a su sentido del oído, usando un señuelo con el mismo sonido que realiza el animal, con el objetivo de que la presa se acerque hacia nuestra posición de tiro pensando que hay algún animal herido o que está siendo llamado al apareamiento.
Podríamos pensar que el empleo de elaborados señuelos de caza es relativamente nuevo. Y si lo es en la fabricación industrial, pero no en la artesanal. De hecho, existen referencias de señuelos de caza realizados ya por nativos americanos hace más de 4.000 años. Para ello, se usaban pequeños huesos de ala de pavo que unían entre sí, se los colocaban en la boca y aspiraban aire, creando un sonido muy similar al del pavo.
¿Qué señuelos están permitidos por Ley?
En base a las diferentes legislaciones, Ley de Biodiversidad y Reglamentos de Caza Autonómicos, los únicos señuelos de caza permitidos son aquellos que emulan los sonidos de los animales que puedan ser reproducidos con ayuda de nuestra boca y aquellas reproducciones de animales dotadas de movimiento mecánico manual o por las condiciones naturales del entorno.
Los señuelos de caza que reproducen sonidos de animales suelen ser bastante habituales en los catálogos de las tiendas de armas, muchas de ellas reproducciones en polímero, como palomas o patos, que pueden dotarse de movimiento mecánico autónomo que debe ser manual. El movimiento puede accionarse a distancia a través de un cordel o de la propia acción de la naturaleza, como puede ser una corriente de agua o el viento. Ideales para atraer patos, palomas torcaces y otro tipo de aves salvajes.
Sin embargo, dentro del marco de la caza no se permiten los dispositivos electrónicos ni los smartphones con bibliotecas de sonidos o señuelos con movimientos mecánicos activados electrónicamente. Aunque sí pueden usarse cuando la única finalidad sea la mera observación de la naturaleza. Eso sí, hay que tener en cuenta que, la mayor parte de las veces, sobre todo cuando hablamos de especies protegidas, es necesario un permiso.
Tipos de señuelos de caza
En el mercado actual, podemos encontrar una gran variedad de ellos, ya que son específicos por tipo de animal a cazar, a lo que debemos sumar las distintas tecnologías usadas en ellos.
Las llamadas depredador pueden imitar los sonidos generales y las llamadas de socorro de conejos, ciervos, ardillas, ratones y pájaros. Pero hay que tener en cuenta que, para un depredador, una llamada de auxilio supone una alarma para ir a comer. De hecho, es habitual que los zorros y coyotes respondan a ellas.
Por este motivo, generalmente, son más habituales los señuelos que llaman al apareamiento que los que emulan a un animal herido, ya que también pueden atraer a otros depredadores. Pero también los hay de desafío y alarma para atraer a gamos, ciervos, zorros y osos.
Este tipo de señuelos se parecen mucho a los instrumentos musicales y precisan de cierta práctica para dominarlos. Y, aunque la mayor parte de ellos se fabrican de manera industrial, hay algunos que, debido a su concreción, se siguen fabricando de manera artesanal.
manuales vs electrónicos
Los señuelos de caza manuales se activan a través de un soplido o aspiración y son muy fáciles de transportar en un bolsillo. Por lo general, están fabricados en plástico o madera, aunque los de mejor calidad son los de madera, que suelen estar hechos de forma artesanal. Este material permite una mejor resonancia y que el sonido emitido sea más real. No obstante, algunas veces puede ser cuestión de matices y depende de la experiencia del fabricante en la producción de este tipo de artilugios.
Los señuelos electrónicos son más sencillos de usar para los principiantes y permiten generar una amplia variedad de sonidos, pero son más costosos y no siempre son fáciles de transportar. Además, al tener más componentes electrónicos, pueden fallar ante las adversidades climáticas u otras condiciones del entorno. Sin olvidar que dependen de las baterías, lo que siempre supone un obstáculo. Además, solamente podrían usarse para la observación de la naturaleza, pero no en una jornada de caza.
Señuelos de caza de lengüeta cerrada vs lengüeta abierta
Los señuelos de caza de aire aspirado o soplado pueden ser de dos tipos, de lengüeta abierta o cerrada. Los de lengüeta cerrada son los que el tubo o la cala queda en el interior, frente a la lengüeta, que se encuentra expuesta. En cada caso producen un tipo de llamada distinta cuando se ejecutan.
Son los más habituales, ya que son más fáciles de usar, solamente soplando, por lo que son recomendables para cazadores poco experimentados y para situaciones de caza rápida. Eso sí, no tienen la misma versatilidad que los de lengüeta abierta.
Los señuelos de lengüeta abierta necesitan más práctica para usarse de forma eficaz, pero ofrecen mayor versatilidad, ya que permiten reproducir un amplio abanico de sonidos. Pueden controlarse y variarse con la lengua, los labios y los dientes. Gracias a ello, se puede variar el tono, el volumen y el sonido a imitar.