No cabe duda de que la mejor época para cazar a la espera suele ser el invierno, especialmente si el cielo está despejado, ya que, generalmente, las posibilidades de abatir a la presa son mayores. Eso sí, hay que tener en cuenta que los aguardos son más complicados debido a las exigencias técnicas. Y es que las esperas nocturnas al jabalí están expuestas a las heladas, al frío y a la ausencia de alimento. Pero la gran ventaja es que pueden ser muy productivas si estás dispuesto a pasar una noche a la intemperie en el monte. Para lo cual, es fundamental llevar ropa de abrigo y conocer los careos del jabalí en esta estación.
¿Cuáles son los mejores lugares para esperas al jabalí en invierno?
En invierno, los jabalís comen más que nunca, lo que les obliga a salir a buscar alimento, recorriendo enormes distancias y moviéndose mucho más de lo normal, pasando por terrenos por donde no lo habrían hecho tan sólo unos meses antes. Por lo general, los las esperas al jabalí suelen hacerse en cebaderos artificiales o en rascaderos improvisados, pero en invierno hay otros sitios que suelen dar mejores resultados debido a los caprichos y manías de estos animales.
A diferencia de los ejemplares más jóvenes, los jabalís de mayor edad no suelan atravesar los arroyos y pequeñas alambradas de las fincas por cualquier parte, sino que suelen cruzarlos por el mismo sitio durante varios días consecutivos, para después cambiar el viaje o hacerlo por otro lugar.
Si pasamos por un arroyo o una alambrada a primera hora de la mañana, no nos costará mucho identificar las huellas en el terreno blando para confirmar si la noche anterior ha pasado alguno. Si las vemos, debemos volver a la mañana siguiente para comprobar si ha vuelto a pasar por el mismo sitio y proceder a la espera por la noche.
Cebaderos invernales y cómo controlar el puesto
Hay que tener en cuenta que el carero del jabalí cambia totalmente durante el invierno. Generalmente buscarán bellotas y almendras o incluso se moverán entre los maizales. No olvides que las mejores encinas se ubican de las lindes o en el centro de una siembra o barbecho. Normalmente, serán las de los linderos en las que los jabalíes se sentirán más protegidos.
Debido a la carencia de alimento en esta época hace que el jabalí entre algo más fácil a nuestro cebadero, ya que ahora recorren muchos más kilómetros. Además, esta falta de alimento empujará al jabalí a dejar su característica precaución para acceder a nuestros cebaderos. Eso sí, lo ideal es usar cultivos habituales de la zona y en cantidades adecuadas para que el animal no sospeche.
Sin duda, la mejor manera de controlar el puesto es la observación a cierta distancia de lo que sucede en nuestro cebadero. Para lo cual podemos usar unos buenos prismáticos de visión nocturna. Otras opciones si no contamos con tiempo o el lugar no es accesible son los relojes que se paran al tocarlos el animal o las cámaras de vigilancia por infrarrojos.
Ventajas e inconvenientes de las esperas invernales
Ventajas de las esperas al jabalí en invierno
- Una de las mayores ventajas de los aguardos al jabalí en invierno es que no tendremos que sufrir los insectos típicos del verano, como los mosquitos, las hormigas, los abejorros o las garrapatas. Con lo cual, no es necesario que nos echemos molestos repelentes en la piel.
- La identificación de las huellas suele ser más sencilla en invierno debido a que llueve con mayor frecuencia, lo que nos garantizará que el rastro es más reciente. Incluso es posible que nos encontremos con el terreno lleno de nieve o barro, lo que facilitará mucho seguir el rastro.
- Las noches de luna del invierno son mucho más claras que las del verano y, al no haber cambios tan bruscos de temperatura, los cientos eliminan los revoques del anochecer.
- Con el descenso de las temperaturas, es posible recoger al jabalí a la mañana siguiente, no siendo tan crucial el cobro inmediato de la pieza abatida para evitar que la carne se estropee. Además, con luz natural es más fácil de hacer.
Desventajas de las esperas al jabalí en invierno
- El mayor inconveniente de los aguardos de jabalí en invierno es el frío y las heladas. Por esta razón, debemos proteger el visor y el foco o linterna de la escarcha. De lo contrario, corremos el riesgo de que en el momento justo en el que vamos a efectuar el disparo nos encontremos con una imagen completamente empañada en la cruz de nuestro visor, dando al traste con todo el trabajo realizado.
- Las piedras bien fijadas al suelo y el terreno congelado son otra de las desventajas, ya que permiten que el jabalí pueda llegar ante nosotros prácticamente sin que seamos capaces de advertir su presencia.
Por otro lado,la presion de esperistas es mucho menor,ya que en verano son legion los que esperamos por aquello del buentiempo,mientras que ahora, solo los locos somos capaces de aguantar con temperaturas ,a veces de cero grados,desde las seis hasta las once, sino es que aguantamos toda una noche,por que hemos detectado que el animal de la huella grande entra muy tarde.