La caza es una actividad más que saludable. Y es que durante nuestras salidas al campo, realizamos largas caminatas, subimos y bajamos desniveles y respiramos aire puro. Es cierto que, como en cualquier actividad, podemos sufrir lesiones o accidentes, pero algunos de ellos pueden evitarse usando las medidas de protección necesarias, como los cascos de tiro para protegernos los oídos y prevenir la sordera del cazador o las gafas de tiro para protegernos los ojos.
¿Sabías que los ruidos superiores a los 85 decibelios pueden generar una grave pérdida de audición y más allá de los 100 decibelios pueden provocar daños inmediatos? Si tenemos en cuenta que un tiro del calibre 22 puede producir un ruido de 140 decibelios y uno del calibre 12 hasta 160 decibelios, los cazadores tienen cuatro veces más probabilidades de sufrir sordera que las personas que no practican esta actividad. Con lo cual, si queremos disfrutar de la actividad y prevenir la temida sordera del cazador, es importante que usemos protectores auditivos.
Sin embargo, el 75% de ellos no usan cascos de tiro para protegerse. Algunos no lo hacen por falta de costumbre, mientras que otros dicen sentirse incómodos con ellos. Incluso los hay que lo achacan al precio, cuando lo cierto es que en el mercado actual es posible encontrar modelos más que asequibles, desde los 60 euros. Si pensamos en los daños irreversibles que pueden ocasionarnos a largo plazo, no hay excusas para no concienciarnos de la importancia de su uso.
¿Qué es la sordera del cazador?
La sordera del cazador, también conocida como la pérdida de audición generada por el ruido recreativo, es un tipo de sordera permanente que se produce debido a la exposición a ruidos fuertes durante mucho tiempo.
Afecta a aquellas personas que se encuentran expuestas a ruidos fuertes como disparos, herramientas eléctricas, conciertos, deportes de motor u otras actividades recreativas. Se produce por un daño irreversible en los pequeños pelos del oído interno, que son los que se ocupan de transmitir los sonidos al cerebro.
Se trata de un problema bastante habitual entre los cazadores, ya que suelen estar expuestos a ruidos fuertes de armas de fuego. Y es que los ruidos de los disparos pueden llegar a niveles de más de 140 decibelios, pudiendo llegar a ocasionar daños permanentes en el oído.
¿Cuáles son las causas?
El motivo principal de la sordera del cazador es la exposición a ruidos fuertes durante un largo periodo de tiempo. Como decíamos antes, los disparos y actividades recreativas pueden generar sonidos tan fuertes como para causar daños irreversibles en el oído. No obstante, también hay otros factores que pueden aumentar los riesgos, como la edad, el consumo de ciertos fármacos o la predisposición genética.
El envejecimiento es una de las razones más habituales de la pérdida de audición, ya que los pequeños pelos de nuestro oído se van volviendo más sensibles. Pero también hay personas que están más predispuestas genéticamente a desarrollar sordera debido a ciertos genes que hacen que sean más sensibles a los ruidos.
Por último, hay determinados fármacos, como medicamentos de quimioterapia o antibióticos que pueden provocar pérdida de audición.
¿Cuáles son los síntomas de la sordera del cazador?
El síntoma más habitual de la sordera del cazador es la pérdida progresiva de la audición. Lo cual pude hacerse patente a través de síntomas como la incapacidad para oír ciertas frecuencias, la sensación general de no poder oír y la dificultad para escuchar conversaciones.
Pero también pueden producirse zumbidos en los oídos (acúfenos), mareos, dolor de oídos y sensación de presión en los oídos. En algunos casos más graves, la sordera puede llegar a ser total.
¿Cómo prevenir la sordera del cazador?
Afortunadamente, la sordera del cazador es un problema que se puede prevenir. Obviamente, lo más importante es evitar la exposición a los ruidos fuertes. Por ejemplo, usando orejeras o tapones para los oídos cuando dispares tu escopeta.
Además, es importante que conozcas tus propios umbrales de audición. Cada persona tiene un umbral distinto de lo que considera ruido, por lo que es recomendable conocer los límites. Si estás expuesto a un ruido que consideras demasiado fuerte, es mejor que abandones la zona o que, al menos, lleves cascos de tiro.
De esta forma, estarás reduciendo la cantidad de sonido que llega al oído. Lo más conveniente es escoger unos que tengan una clasificación mínima de 25 y que sean cómodos para que quieras ponértelos. Con lo cual, podrás disfrutar durante muchos años de tu afición.