La caza de aves acuáticas es una de las actividades más fascinantes que un cazador puede realizar. El amor a la contemplación de la naturaleza, como la que forman los humedales, y el sacrificio antes los obstáculos que el medio regala a la débil naturaleza humana son los dos ingredientes clave que despiertan la irresistible atracción del verdadero cazador de aves acuáticas.
España posee impresionantes zonas de caza de aves acuáticas, ya que somos una importante zona de paso y de refugio invernal para aves migratorias. Y, aunque por sus características tan especiales y cinegéticamente tan marcadas, muchos la consideren como otro tipo de modalidad, la caza de aves acuáticas queda incluida dentro de la categoría de caza menor. Un tipo de caza que despierta pasiones entre sus aficionados y que permite disfrutar de jornadas muy emocionantes, tanto por los lances que se experimentan como por los paisajes del medio en el que se desarrolla.
Y dentro de este tipo de caza podemos encontrar dos modalidades. La primera es la caza al salto, que se realiza como en la caza menor pero en zonas húmedas y para la que se necesitan buenos perros de caza. Y la segunda es la caza al paso o en puesto fijo, muy habitual en la región de Levante, como en la zona de la Albufera. Las posturas suelen colocarse entre juncos y matas o en una barca, aprovechando la querencia de las aves hacia el comedero o el sitio de descanso, por lo que los cazadores tienen que colocarse al salir el sol o al atardecer.
¿Cuáles son las aves acuáticas de caza?
Muchas veces asociamos la caza de aves acuáticas con la caza del pato, pero lo cierto es que esta modalidad cinegética incluye a todas aquellas especies de morfología zancuda y palmípeda cuya caza esté permitida por la normativa vigente.
En principio se consideran aves acuáticas a todas aquellas que dependen ambientalmente de una zona húmeda, como una marisma, una turbera, un embalse o aguas rasas, ya sean naturales o artificiales; temporales o permanentes; corrientes o remansadas; salobres, salinas o dulces, incluyendo aquellas cuya profundidad no supere los 6 metros cuando la marea es baja.
Cuando las temperaturas bajan en el norte y en el centro de Europa, miles y miles de aves acuáticas inician su migración anual hacia regiones más cálidas. A lo largo de este recorrido hacia el sur, hacen parada en España, donde muchas veces se quedan durante largos periodos. Veamos con detalle cuáles son:
Aves acuáticas de superficie
Son aquellas que nadan por la superficie del agua, pudiendo adentrarse durante cortos periodos de tiempo en ella. Dentro de este grupo encontramos las siguientes especies:
- Ánade real o pato azulón: es el ejemplar más habitual. Puede adaptarse a aguas profundas como las de los pantanos. Su complexión es fuerte y destaca por su poderoso vuelo, lo que hace que sea muy complicado de abatir. En cautividad poseen un alto potencial de reproducción.
- Cerceta común: es el más ligero y veloz y solemos verlo volando en bandadas.
- Cerceta de verano o cerceta carretota: por lo general, no solemos encontrarla en época de caza. Su tamaño es mayor que el de la cerceta común.
- Rabudo: es un pato “acisnado”, muy esbelto y estilizado. Suelen tardar en aparecer, mostrándose la mayor parte de las veces muy recelosos y esquivos.
- Pato colorado: es un ave muy asustadiza y arisca que se resiste a los disparos.
- Pato cuchara: es un pato habitual de aguas someras y barros.
- Ánade friso: muy parecido al azulón, con quien además, comparte hábitat. Suele ser uno de los primeros en hacerse presente durante el invierno.
- Silbón: siente predilección por las aguas con influencias marinas. Antes de ver el bando, suele oírse a lo lejos gracias a su característico silbido.
Aves acuáticas buceadoras
Son aquellas aves que poseen la capacidad de permanecer bajo el agua. Entre ellas destacan las siguientes:
- Cenizo o porrón común: le gustan las aguas profundas abiertas, tipo pantanos. De hecho, es conocido como el “pato de los embalses”.
- Porrón moñudo: puede hacer inmersiones de hasta un minuto de duración. Su presencia es escasa y su comportamiento es precavido y receloso.
¿Cómo debe ser la ropa para la caza de aves acuáticas?
La temporada de caza de aves acuáticas se realiza desde el segundo domingo de octubre hasta el primer domingo de marzo. Estableciéndose que la jornada se inicia dos horas antes de la salida del sol y que termina dos horas después marcharse el sol. Hay que tener en cuenta que en otoño e invierno las temperaturas son más duras, por lo que es fundamental contar con una buena equipación. Es imprescindible usar ropa impermeable, ya que la mayor parte de los cazadores pasan su jornada dentro del agua, por lo que es esencial que ni el agua ni el frío penetren en el cuerpo. Además, es recomendable que la ropa sea transpirable.